Me encantan las rosquillas y la verdad que eran una asignatura pendiente en el mundo SG. Estoy contenta con el resultado, partiendo de que a mí, personalmente, me gustan las rosquillas «tiernas»; si a ti te gustan las rosquillas «duritas», pues va a ser que esta no es tu receta 😉
Ingredientes:
125 gr. de queso crema tipo Philadelfia
72,5 gr. de crema agria
1 yema
25 gr. de azúcar
1,25 gr. ml. de vinagre o zumo de limón
Aromatizante al gusto: ralladura de naranja y/o limón o vainilla
200 gr. de harina SG de tu gusto o el combo que suelas utilizar
7,5 gr. de bicarbonato
Preparación:
Ir uniendo todos los ingredientes en el orden que aparecen
La mezcla ha de quedar blanda y suavemente pegajosa
Aceitar las manos y coger bolas que apretamos en el medio para formar el agujero
Freír en abundante aceite caliente
Al salir, pasar por una glasa hecha con azúcar glacé y agua o zumo de limón o zumo de naranja (esto las mantendrá jugosas por más tiempo)
Los castagnole son dulces de sartén típicos del carnaval italiano. Recordarían a las castañas y de ahí su nombre y estarían a medio camino entre una rosquilla y un buñuelo. En cuánto le vi la receta a @aliterdulcia, le vi posibilidades en el mundo sin gluten (ya sabéis que mi premisa es usar pocos ingredientes, sencillos y en general no utilizar gomas ni similares). No te llevará ni media hora hacerlos y resultan tiernos, aromáticos y deliciosos.
Ingredientes (unas 15 unidades):
80 gr. de yogur griego
1 huevo pequeño
50 gr. de azúcar blanquilla
Ralladura de naranja y limón al gusto
Pizca de sal
2, 5 gr. de impulsor químico
150 gr. de harina de repostería SG de tu gusto o el combo que tu prepares (es posible que un poco más)
Preparación:
Bate muy bien todo excepto los ingredientes secos.
Añade la harina, el impulsor y la sal.
Debes obtener una bola suave, manejable, pero que aún se pegue un poco a los dedos (yo necesité aumentar la cantidad de harina a 175 gr. y por ello, la próxima vez añadiré 10 gr. más de azúcar)
Con las manos aceitadas, prepara bolitas que irás echando en el aceite templado-caliente (no muy caliente para garantizar el cocinado de los fritos)
La primera vez que oí hablar de este postre, lo conocí con el nombre de «borrachines» y se trataba de un postre típico asturiano; posteriormente supe que mi abuela materna hacía algo muy similar pero con el nombre de «chulas», aunque las cocía en leche y no en almíbar; actualmente indagando por la red he encontrado borrachines cocidos en leche y chulas cocidas en almíbar, así que parece que estamos ante la típica receta que, como la tortilla, cada uno en su casa la hace como sabe o como puede 😉 Para mí, torpe donde las haya en el mundo torrijas, los «borrachinos» me salvan la vida para poder comer algo parecido a ellas en esta época, de la cual son típicas, aunque dicho sea de paso, siempre he visto a mi madre hacer torrijas todo el año, como receta de aprovechamiento, para no tirar el pan duro sobrante. Y llegados a este punto, decir que me encantan, que no puedo comer sólo uno, que son super viciosos.., o sea como unas torrijas bien hechas pero para mí mejores.
Dicho todo lo anterior, resaltaría unas notas características de este tipo de postre:
Son migas de pan remojadas en leche o huevo o en ambas cosas; con o sin azúcar en la mezcla; aromatizadas o no (canela, limón, ron, …)
Que se fríen en porciones de cuchara en una sartén
Y que posteriormente se cuecen en almíbar (muchas veces de agua, vino blanco y azúcar) o leche
Yo me decanto por remojar el pan en una mezcla de huevo y leche, aromatizar con anís y cocer en almíbar (de anís también), aunque estoy abierta a sugerencias…
Ingredientes (para unos 12 borrachinos):
200 gr. de pan de molde aproximadamente (en nuestro caso sin gluten; yo uso el de Mercadona)
Aproximadamente 100 ml. de leche
2 huevos L
Anís (dos chorritos, uno para la mezcla y otro para el almíbar)
Almíbar: 200 ml. de agua, 200 gr. de azúcar y chorrito de anís
Preparación:
Batir ligeramente los huevos y añadir la leche y chorrito anís.
Añadir pan desmigado y amasar hasta que la mezcla sea homogénea.
En este punto es importante observar la textura: si muy líquida se nos van a «desparramar» por la sartén, si muy dura, los borrachines serán secos; así que hay que encontrar ese punto en que podemos cogerlos con cuchara y dar forma como de croqueta (con dos cucharas), pero que la mezcla sea jugosita y casi fundente. Si ves la textura muy líquida, añades un poco de pan y si es al revés, añades un poco de leche.
Freír en aceite de girasol (o maíz) a la temperatura a la que freirías las patatas, vigilando no se quemen en cuyo caso le bajarías un poco.
Retirar a un papel absorbente de cocina.
Poner el agua, azúcar y chorrito de anís en un cazo y esperar a que el azúcar se disuelva; en ese momento, poner los borrachinos a cocer suavemente hasta que casi se agote el almíbar (unos 10 mn.)
La leche frita es típica de Semana Santa, aunque realmente se come todo el año y frecuentemente forma parte de la carta de postres de los restaurantes. Es deliciosa y sencilla de hacer. Hoy la he realizado de modo tradicional (sin ningún «maquinillo») y para ello me he guiado por las indicaciones del libro «Repostería en Galicia» de Mariano García y Fina Casalderrey, cambiando, eso sí, la harina de trigo por Maizena.
Ingredientes:
1 litro de leche + 240 ml. de leche (un vaso grande)
7 cucharadas colmadas de harina (en este caso, Maizena) o lo que vienen siendo 140 gr.
5 yemas
245 gr. de azúcar
Pizca de sal
Piel de 1/2 limón y de 1/2 naranja, sin nada blanco
1 palo de canela
Más harina y 2 huevos para rebozar
Azúcar y canela molida para el acabado
Preparación:
En un bol se mezclan primero los 240 ml. de leche con los 140 gr. de Maizena, removiendo con una cuchara de palo, hasta que esté bien mezclado.
Se añaden las 5 yemas y los 245 gr. de azúcar y se sigue removiendo.
Se pone el litro de leche a hervir con la pizca de sal, la piel de limón y de naranja y el palo de canela.
Cuando rompa a hervir la leche, se añade poco a poco la mezcla de harina anterior y se remueve continuamente durante unos minutos para que la harina cueza. Paramos cuando la mezcla espese (si espesase demasiado podríamos aligerar con un poco de leche)
Se echa la mezcla en una lata plana, por ejemplo de 24 cm. por 24 cm (debiera quedar de unos 2 cm. de espesor) y se deja enfriar mínimo unas 4 horas o preferiblemente toda la noche.
Se corta en cuadrados y se reboza en harina y huevo, friéndola en abundante aceite (girasol o maíz), a una temperatura como la que freirías las patatas.
Se saca a un papel absorbente y finalmente se reboza en azúcar o azúcar y canela.
Comentarios «sabrosos»:
Podría prepararse la mezcla sin azúcar.
Podría usarse como aromatizante vainilla y también podría añadirse zumo de limón (para el caso de las pieles de cítricos).
Hay quién la reboza en huevo y pan rallado.
Se puede flambear con coñac antes de servir.
Para que no se queme el aceite al freír, funciona bien echar una cáscara de huevo en el aceite o un par de garbanzos.